La selección de acciones es un proceso que delimita nuestra inversión, por su importancia, requiere de una serie de reglas de inversión para seleccionar las acciones para así poder invertir y operarlas con la mayor fiabilidad posible. En este artículo, le daremos algunas pistas sobre como realizar correctamente dicha selección para que sea lo más segura posible.

Analizar la Empresa

En primer lugar, es sumamente importante saber en qué fijarse, y que factores tener en cuenta para elegir unas determinadas acciones frente a otras.

Lo que todos los inversores buscan es una empresa que presente un cuadro de crecimiento sostenido, pero lo que no tantos saben es que lo ideal es que sus cifras de crecimiento trimestral y anual superen el 20%. Para poder contar con este dato necesitaremos analizar unos dos años de ejercicio para poder tener un conocimiento completo y global de la situación pasada y presente de la empresa, y de este modo intentar “predecir” el futuro.

Puede presentarse la circunstancia de que si no analizamos el global anual, podamos incurrir en un error, por ejemplo el de subestimar la estacionalidad de una empresa (empresa de refrescos cuyas ventas suben siempre en verano). Es importante tener en cuenta todos los factores relativos a la empresa antes de lanzarnos a la compra de acciones.

Una vez que tengamos este punto claro, hemos de distinguir si la empresa seleccionada tiene algún factor diferenciador con respecto a la competencia que la haga especialmente atractiva, tanto por imagen, proyección de ventas, fama, reputación en los mercados, distinguir este valor es lo que destaca a los inversionistas mediocres de la verdadera élite.

¿Análisis técnico o análisis fundamental?

Una dualidad a la hora de realizar los análisis previos a la adquisición de acciones es la que se crea entre el análisis técnico y el análisis fundamental. Ambos aportan diferentes fundamentos y tienen sonadas diferencias. Te contamos algunas de ellas.

El análisis Fundamental es aquel tipo de análisis que evalúa los fundamentos de la empresa, es decir, la base económica de la misma, los estados financieros (tanto balance como cuenta de pérdidas y ganancias así como flujo de caja).

Entre las ventajas de este tipo de análisis destaca la posibilidad de conocer las tendencias económicas de la unidad empresarial, conocer la rentabilidad de la empresa, si está en crecimiento o no, niveles de endeudamiento, etc.

El análisis técnico es aquel que utiliza los datos de mercado, es decir datos de precio y volumen, para poder observar todas aquellas tendencias que se desarrollan en el seno de este.

Nuestra conclusión, que coincide con la mayor parte de los inversionistas, es que no hemos de optar por un modelo de análisis u otro, ambos son necesarios y ambos se complementan, de modo que podemos dar mayor peso a uno u otro, pero siempre hemos de tener en cuenta ambos análisis a fin de obtener una inversión más segura y estable.

Datos que definen la rentabilidad de una acción

Sería imposible, enumerar todas y cada una de las variantes que determinan que una acción sea rentable o no lo sea. Pero aunque no podamos enumerarlas todas, si podemos dar algunas claves sobre los principales indicadores económicos necesarios para determinar a grandes rasgos la rentabilidad de un determinado título de valores.

En primer lugar, es recomendable conocer la rentabilidad por dividendo, y que esta sea superior al +5% de y nunca superior al 12. Otro de los datos imprescindibles es el que indica que siempre ha de ser mayor el valor de los activos que el precio de compra de los mismos.

En cuanto a la deuda, es muy importante que la misma pueda ser pagada en no demasiados años con los beneficios y que la misma este aminorando año tras año.

Por último cabe analizar si las acciones están infravaloradas y en cual (o cuales) países se encuentra el mayor negocio de la empresa, cuanto más diversificados estén sus mercados, mucho mejor.

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